sábado, 28 de abril de 2018

Realidad

Quise correr en aquel momento, quise volar de hecho, pero correr era aquello que me permitieron mis piernas. Sabía que después estaría tan cansado que me costaría incluso meterme en la ducha, pero estaba mentalizado y debía correr durante una hora bajo la lluvia, así que me puse a ello.

Cuando ya me encontraba en el trote matinal, me di cuenta que el dolor de cabeza había salido de mí, y mis ideas volvían a ordenarse, no rápidamente pero tampoco de una forma demasiado lenta. Miré los garitos cerrados, esos donde había quedado parte de mi juventud.

Al llegar a casa, anoté todo cuanto debía hacer, sin incluir la parte de mandar a la mierda a una vieja amiga que vivió conmigo varios años: Ansiedad. Para dar carpetazo a la susodicha debía tener lo demás encarrilado.

Durante tres horas y cuarto, estuve escribiendo sobre mis proyectos y, aunque no estaba previsto, decidí no demorar más el corte. Debía cortar por lo sano. Ansiedad y yo nunca nos habíamos entendido, pues sus visitas eran incómodas siempre, de modo que decidí decírselo amablemente, y con el mayor cuidado lancé dos improperios al aire, sin que se tambaleasen demasiado mis estanterías repletas de figuras de cine ochentero.

Me comentó un vecino que Ansiedad bajó llorando por las escaleras de mi edificio, y que una tal Victoria estaba llamando a muchas viviendas a través del telefonillo, buscándome.



4 comentarios:

  1. Nada como enfrentarse a lo que nos incomoda, y ya tiene merito aguantar durante años a una de esas agobiantes intrusas. Hecha la limpieza y dejando que Victoria nos encuentre, comentarte que el relato es atrayente por lo original de la idea; y la imagen de abandono es el botón que abrocha la escalera que desciende una "Ansiedad" llorosa. Abrazos

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    1. Hola Ester, qué bueno tenerte por aquí como tantas veces.
      Sí, sin duda es una de las peores visitas la de esa intrusa que luego se marcha llorosa escaleras abajo. Y recibir a Victoria es la mayor de las satisfacciones.
      Muchas gracias, me alegro que te haya gustado.
      Un abrazo,

      Jorge

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  2. Un gran escrito donde la metáfora es el cortinaje que cubre la escena principal.

    Mil besitos en este primero de mayo.

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    1. Muchas gracias, Aurora, te deseo un mes literario y magnífico.

      Besos,

      Jorge

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