viernes, 2 de febrero de 2018

Dama de selva o león de ciudad

Su pelo era oro y lo esparcía por toda la casa mientras cantaba. Aquellos que iban recogiendo cabellos valiosos, escuchaban la voz de la soprano. Ella no se quedaba callada escuchando a otros artistas e improvisaba sobre las pistas vocales que éstos habían grabado.

Su energía era como la del rey de la selva, que cuida a los suyos, trae comida al hogar y pelea con seres que intentan irrumpir en la paz de su familia.

Nada ha cambiado, y sigue siendo quien era. Ahora canta más y en su casa siempre hay carne, pescado, fruta y canciones, no para cualquiera, igual que sus abrazos.

Era como un león y es una dama de honor.


jueves, 1 de febrero de 2018

Tres amigos aquí y allí

A menudo, Sir Parfitt pensaba en el Intrepid Fox, en aquellas tardes en que su jornada de trabajo había sido matinal en el hotel Hilton de Marble Arch. Si además jugaba su equipo (los Hammers) un partido de Carling Cup, el día era redondo, pues del Intrepid Fox al estadio ubicado en Green Street iba directo un bus con el número 84, que además solía ser de madera por dentro y, por algún extraño motivo, sin tener que hacerlo, pasaba siempre por una tienda de paraguas llamada Holborn Umbrella.

Sin embargo, Sir Parfitt, llevaba cinco años viviendo en Majadahonda, al norte de Madrid, en una urbanización llamada Hermanos del Puente, la cual le había recomendado su buen amigo Don Pablo, natal de Toledo y conocedor de Madrid y sus alrededores desde hacía cuarenta y cinco años.

Sir Parfitt y Don Pablo, a menudo hablaban de las costumbres en España, de las diferencias que tenían con la Inglaterra actual, dado que Don Pablo iba mucho a Birmingham a visitar a otro gran amigo: Sir Iommi. Cuando Don Pablo iba a Birmingam, solía coger un bajo, un antiguo Rickenbacker del 75 que había en casa de Sir Iommi, y allí improvisaba más de un rato y más de dos.

Sir Parfitt y Sir Iommi eran hermanos pero habían cortado radicalmente el contacto tras disolver una banda de rock sinfónico que tuvieron desde finales de los 60 hasta principios de los 90. El resto de los componentes sucumbieron a los cambios de humor de los hermanos Harris, que era como en realidad se apellidaban Sir Parfitt y Sir Iommi. Sin embargo, los viajes de Pablo no se basaban sólo en amistad, pues era, además de bajista, un reconocido promotor que quería unir de nuevo al grupo, por el bien de la música del momento y, sin duda, por la amistad, claro. Hacía tiempo que no se movía por reunir a una formación y marcar un tour; le daba igual, ya era hora de volver al ruedo. 

En un momento en que mucha gente vivía su vida a través de un móvil o una tablet, estaban de moda estilos de música sin encanto alguno a su parecer... Don Pablo creyó que lo mejor que podía hacer con su tiempo era viajar, unir a dos hermanos y arrojar un poco de luz al panorama musical europeo. Tenía trabajo por delante, pero el camino era atractivo y motivador, al fin y al cabo los hermanos Harris no volverían a hablarse a menos que fuese con cuerdas, tambores y teclas de por medio.

La amistad, la música, los viajes... Don Pablo pedía eso a la vida, lo exigía y lo saboreaba en cada vuelo. concierto o reunión.