Sin embargo, Sir Parfitt, llevaba cinco años viviendo en Majadahonda, al norte de Madrid, en una urbanización llamada Hermanos del Puente, la cual le había recomendado su buen amigo Don Pablo, natal de Toledo y conocedor de Madrid y sus alrededores desde hacía cuarenta y cinco años.
Sir Parfitt y Don Pablo, a menudo hablaban de las costumbres en España, de las diferencias que tenían con la Inglaterra actual, dado que Don Pablo iba mucho a Birmingham a visitar a otro gran amigo: Sir Iommi. Cuando Don Pablo iba a Birmingam, solía coger un bajo, un antiguo Rickenbacker del 75 que había en casa de Sir Iommi, y allí improvisaba más de un rato y más de dos.
Sir Parfitt y Sir Iommi eran hermanos pero habían cortado radicalmente el contacto tras disolver una banda de rock sinfónico que tuvieron desde finales de los 60 hasta principios de los 90. El resto de los componentes sucumbieron a los cambios de humor de los hermanos Harris, que era como en realidad se apellidaban Sir Parfitt y Sir Iommi. Sin embargo, los viajes de Pablo no se basaban sólo en amistad, pues era, además de bajista, un reconocido promotor que quería unir de nuevo al grupo, por el bien de la música del momento y, sin duda, por la amistad, claro. Hacía tiempo que no se movía por reunir a una formación y marcar un tour; le daba igual, ya era hora de volver al ruedo.
En un momento en que mucha gente vivía su vida a través de un móvil o una tablet, estaban de moda estilos de música sin encanto alguno a su parecer... Don Pablo creyó que lo mejor que podía hacer con su tiempo era viajar, unir a dos hermanos y arrojar un poco de luz al panorama musical europeo. Tenía trabajo por delante, pero el camino era atractivo y motivador, al fin y al cabo los hermanos Harris no volverían a hablarse a menos que fuese con cuerdas, tambores y teclas de por medio.
La amistad, la música, los viajes... Don Pablo pedía eso a la vida, lo exigía y lo saboreaba en cada vuelo. concierto o reunión.
Don Pablo no parecía exigente con la vida, pero a veces lo sencillo es complicado. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ester,
EliminarTe doy las gracias de nuevo por leerme y comentar.
Efectivamente, lo poco que pedía era complejo.
Un fuerte abrazo,
Jorge