viernes, 13 de marzo de 2020

Rebelde (de obra y omisión)

Parece que fue ayer cuando decidí tomarme un tiempo casi obligado para recapacitar. En lugar de eso, saturé mi mente con objetivos que fui cumpliendo, desatendiendo por completo el hecho de hacerme preguntas a mí mismo pero sin dejar de desafiar a todos mis temores. Al fin y al cabo, el temor forma parte de un género que adoro y lo viví como una película.

Ahora que cesaron los truenos y Santa Barbara sigue siendo una buena ubicación para seguir de pie y dejarme llevar por las corrientes, algo me dice que respiraré cuando el manantial de mis alucinaciones derrame agua color rebeldía.

Solía creer que controlaba la agudización de mis sentidos pero he comprendido que funcionan en base a mis motivaciones y no hay nada que me motive más que sumar: la niebla es un aliciente para conducir, las violentas olas algo imprescindible para darme un baño y las tormentas lo idóneo para correr salvajemente.


Llegó ese preciso momento en que me siento imparable, aunque no esté complementado. Aprendí que, complementarme a la fuerza por pasar la página, sólo es echar ceniza en mi pinta. Sin darme cuenta, tragaba lo que no quería. Por tanto, ahora brindo conmigo mismo bajo el paraguas, admirando un cielo que se sitúa séptimo cuando atardece en ese polígono frente a la antigua fábrica grisácea.

Suelo volver a la estación donde descarrilaron los trenes de mi impaciencia, y allí solamente hay corazones rebeldes, sedientos de acción. Me impulsan a seguir despierto y no me hago de rogar; allí mismo formamos un escuadrón con el código de cero excusas. No nos conocemos y diría que los conozco de toda la vida. En el bolsillo de todos y cada uno de nosotros, hay un billete a la ola nocturna del reto y todo apunta a un revolcón inminente, tragando agua salada, ya que lo de magullarnos con el cálido asfalto se queda para otro momento.


3 comentarios:

  1. Brindo contigo bajo el mismo paraguas o nos asomamos por si ha escampado, me alegra tu vuelta, ya sabes que regresando se hace camino nuevo porque nunca se pisa dos veces el mismo lugar. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno es volver, escribir y leer tu comentario. Cheers!
      Te mando un abrazo fuerte, Ester.

      Jorge

      Eliminar
  2. Muchas gracias, María. Si quieres, nos leemos por Twitter, ya que lo utilizaré durante unas semanas de forma regular.

    ResponderEliminar